jueves, 4 de noviembre de 2010

Acabo de caer en la trampa de mi peque. Lo peor del caso es que he sido yo misma la que he puesto el anzuelo y he picado. Me explico. Mi hijo ha pasado por distintas fases de coleccionista, es decir, que de vez en cuando le da por algo. Empezamos con los animales, siempre le han gustado desde que era un bebé (se sabía los nombres de algunos que yo ni siquiera sabía que existían, gracias a él en ampliado mis conocimientos en la fauna). Le encantaban los animales de una marca que los  hace casi perfectos: schleich. Tenemos toda la colección, aún hoy compramos alguno todavía que encontramos que no tiene o que ha salido nuevo.
Despues, pasamos por la fase GORMITI.Eso me costó mucho más. No entendía como muñecos tan feos podían gustarle tanto (supongo que sería mi lado femenino).En casa hay una cesta llena de esas indescriptibles figuras.
En Septiembre con el cole llegó el album de fútbol, ..... oh! ahí también hay que incluir al padre, el cual no se molestaba en comprar por su cuenta los sobres de estampas, de cambiar con otros niños y de incluso pegarlas en el álbum, y es que es todo un orgullo que el niño sepa y viva el fútbol. Para mi ha supuesto la perdición. Mi niño que antes veía los dibujos y jugaba con sus animalitos ahora  prefiere ver el fútbol con su padre y los deportes del telediario.
Y ahora , ayer me hizo comprarle una bolsita de gomas con diferentes formas para llevar en la mano. Lo hice pero le advertí que sólo sería una y no más, que no estaba dispuesta a tener la casa llena de gomas por todos los rincones (sé a ciencia cierta que no cumpliré mi palabra).

Sinceramente, prefería los animales.

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